domingo, 21 de diciembre de 2014

SÍ, HACE FALTA UN CAMBIO (¡y qué lejos estamos de conseguirlo!)



Termina el primer trimestre del curso 14-15, y termina también el año. Un 2014 del que hago un balance positivo a todos los niveles, tanto personal como profesional. Pienso que en este último ámbito he realizado algunos avances interesantes para favorecer un cambio de modelo de enseñanza que estoy cada día más convencido que es necesario llevar a cabo.

Todo empezó en un MOOC, concretamente el de Entornos Personales de Aprendizaje, que me ayudó mucho a crear una red sólida de contacto con otros profesionales de la docencia, con quienes comparto experiencias e inquietudes. Y gracias a estos compañeros he podido acceder a una serie de recursos y artículos que me han posibilitado una reflexión documentada y contrastada acerca de mi propia práctica docente, la cual, a su vez, me ha servido para formarme mis propias opiniones y a defenderlas con argumentos veraces y datos fiables.

También este mismo blog me ha ayudado mucho a crecer, a compartir mis pensamientos e intercambiar opiniones. Cada entrada que he escrito en este sitio, ha estado precedida por una labor de documentación, lectura y reflexión acerca de qué quiero expresar y cómo quiero hacerlo. Y he alcanzado un número de visitas que nunca hubiera imaginado...

¿Y todo esto ha servido para cambiar en algo mi práctica docente? Quiero pensar que sí, porque ya he podido implantar algunas metodologías nuevas, e introducir pequeños cambios en el aula que favorezcan este cambio de modelo pedagógico que vengo pregonando desde hace un tiempo. Sin embargo, estoy todavía lejos de alcanzar el punto que deseo, pues todavía uso con demasiada frecuencia el libro de texto, aun sigo realizando demasiados exámenes ordinarios en el aula, y los conceptos siguen teniendo un peso porcentual muy grande en la ponderación de las calificaciones de mis alumnos. Por lo menos, me queda el consuelo de que soy consciente de ello y voy dando pequeños pasos para ir cambiando estos viejos modos por otros más modernos. Despacio, pero sin pausa.

Sin embargo, no hay nada mejor que acudir a un par de sesiones de evaluación para darse cuenta de lo lejos que estamos de mejorar a un nivel más general. Es cierto que hay pequeñas experiencias (como las mías), pero suelen surgir de la inquietud individual de una serie de profesionales serios y responsables, que se preocupan por cambiar la forma de impartir las clases en sus aulas particulares. Pero estas experiencias, a pesar de que que suelen compartirse en jornadas de intercambios de buenas prácticas, etc. no suelen generalizarse.

Me resulta descorazonador comprobar cómo en las escuelas, en los escasos momentos que se dan para la reflexión conjunta, todavía se sigue discutiendo sobre la conveniencia de seguir a rajatabla el libro de texto; dudar si, por el hecho de trabajar un determinado tema de un modo competencial, sin terminarlo con un examen escrito que evalúe los conceptos, conllevará que el alumnado haya adquirido o no los contenidos trabajados; plantear, por enésima vez, que el apocalipsis está a punto de llegar por el hecho de que niños, en 1º de Primaria, no lean en mayúsculas y minúsculas correctamente al finalizar el primer trimestre de este curso...

Y no es que estos sean planteamientos superficiales. Resultan una clara muestra de que todavía no se han superado ciertas tendencias propias de la enseñanza academicista de siglos anteriores, y que el convencimiento de la necesidad de replantearse el modelo de enseñanza para adaptarlo a las necesidades presentes, pero sobre todo futuras, de nuestro alumnado no se ha realizado a un nivel global entre todos los docentes que trabajan en nuestras escuelas. Curiosamente, la mayoría de estos maestros que plantean tales dudas no han realizado un solo curso de formación en años, salvo aquellas jornadas de formación interna que se organizan en sus propios centros, generalmente de un solo día de duración y que no implican mayor reflexión, y muchísimo menos, posterior puesta en práctica. Con lo fácil y cómodo que es realizar hoy en día cursos on line...

En fin, allá cada uno. Yo, por mi parte, pienso seguir formándome durante este año 2015 en el que estamos a punto de entrar. Y pienso seguir implantando todo aquello que aprenda en mi aula, con mis alumnos. Porque veo que aprenden. Y compruebo que disfrutan aprendiendo. Y, además, lo compartiré con mis compañeros en el centro, y con vosotros en el blog, porque tengo la esperanza de que, con mi experiencia, convenceré a alguien para que se suba al carro del cambio antes o después.

Feliz año 2015 a todos.

domingo, 14 de diciembre de 2014

GESTIONA MEJOR TU VIDA: GIRO 1 (PROACTIVIDAD)

                                             *Imagen tomada de http://www.talentoyvision.es

En esta entrada voy a presentar el primero de los cinco "giros" que propone Alberto Pena en su libro "Gestiona mejor tu vida" y que ya os introducí en mi entrada anterior de este mismo blog: http://maestroenredado.blogspot.com.es/2014/12/gestiona-mejor-tu-vida-alberto-pena.html

La entrada se dividirá en dos partes. En la primera quisiera presentar muy brevemente en qué consiste este giro, sin extenderme demasiado (quien quiera profundizar más, que compre el libro y lo lea). En la segunda parte, quiero realizar una reflexión personal sobre lo que a mí me ha aportado la aplicación de estas propuestas durante un periodo aproximado de un mes. Vamos allá.

1.- LA PROPUESTA:
Para empezar, me gustaría definir qué es eso de ser proactivo. Según el diccionario de la RA... ¡esta palabra no existe! Bien empezamos.Recurro entonces a otra fuente: wikipedia. Y ahora sí encuentro un resultado. Según esta web, la proactividad "es una actitud en la que el sujeto u organización asume el pleno control de su conducta de modo activo, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones creativas y audaces para generar mejoras, haciendo prevalecer la libertad de elección sobre las circunstancias del contexto. La proactividad no significa sólo tomar la iniciativa, sino asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan; decidir en cada momento lo que queremos hacer y cómo lo vamos a hacer". Creo que queda bastante claro.

Alberto Pena nos propone 5 pasos para ser proactivos, y con ello alcanzar la productividad que deseamos:
Paso 1: Actitud Mental Positiva
Paso 2: Visualiza el éxito
Paso 3: Tú eres la solución
Paso 4: Destierra el "no se puede"
Paso 5: ¿Qué haría tu ídolo?

Tal y como he dicho anteriormente, no es mi intención profundizar aquí en la propuesta del autor. Para ello, os animo a todos a acudir a la fuente original. En cualquier caso, para que veáis qué interesante puede ser, sí quiero dejaros este enlace a una entrevista que se hizo a este escritor y empresario:

2.- MI SEGUIMIENTO PERSONAL:
En primer lugar, debo decir que me considero una persona bastante proactiva, según la definición que se ha dado anteriormente. Nunca espero a que la cosas pasen por sí solas, sino que intento tomar la iniciativa y adelantarme a los acontecimientos. No me gusta nada que se me acumulen las tareas pendientes, por ello prefiero hacerlas tan pronto como me es posible. ¿Eso quiere decir que no pueda mejorar en ese aspecto? Pues, tras leer las propuestas que se plantean en el libro, está claro que puedo aplicar alguna de ellas para ser todavía más productivo. Y así lo he hecho a lo largo del mes que ha transcurrido desde que terminé de leer este primer giro. Vamos por partes.
a) Actitud Mental Positiva: me ha resultado muy importante tener este paso en mente en todo momento. Y no solamente en lo que se refiere al ámbito laboral, sino principalmente en lo personal y familiar. Me he dado cuenta de que en el trabajo estoy en un momento "dulce", soy feliz con lo que hago y creo que se me valora bastante. Obviamente, como todos los docentes, tenemos nuestros días mejores y días peores, pero estoy disfrutando mucho con mi clase, he podido llevar a la práctica algunos proyectos que tenía en mente desde hace algún tiempo, y cuento con la inestimable ayuda de un estudiante en prácticas, de quien estoy aprendiendo mucho y al que espero transmitir algo de mi experiencia. No puedo pedir mucho más. Sin embargo, aquello que más energía me consume y que menos controlo es el tema familiar y personal. Y ahí sí me ha ayudado mucho aplicar esta filosofía: actitud mental positiva. 

b) Visualiza el éxito: otro paso que me ha ayudado mucho. ¿A qué? Pues resulta una grandísima fuente de motivación para ponerse en marcha a hacer cosas y no dejarse vencer por la pereza. Y, de nuevo, no solamente en el ámbito profesional, sino también en lo personal. Imaginar qué sucederá cuándo termines tal o cual acción, o cómo será el momento en que consigas alcanzar un objetivo determinado ha sido, en muchas ocasiones, ese empujón que me ha hecho levantar del sofá y tomar la iniciativa para hacer algo.

c) Tú eres la solución: este paso ha tenido menos influencia en mi vida, o yo no lo he aplicado demasiado. Sé que la mayoría de cosas que hago dependen únicamente de mí, por lo que es lógico pensar que yo tengo que actuar para que el problema se solucione. No digo que este paso no sea importante, pero en mi caso, no he tenido que aplicar nada nuevo que no hiciera ya.

d) Destierra el "no se puede": tampoco he sido nunca una persona negativa, de las que ponen pegas y trabas a todo porque no considere posible hacer alguna cosa en concreto. Creo que, con esfuerzo y trabajo, todo es posible. Así que este paso tampoco ha supuesto ningún cambio en mi forma de pensar ni en mi forma de ser.

e) ¿Qué haría tu ídolo?: me parece otra fuente de motivación importante, pero me surgía la siguiente cuestión: ¿tengo yo un ídolo? La verdad, creo que no. Hay muchas personas a las que admiro, y mucho. Sobre todo mis padres y mis hermanos. Pero no sé si pensar en ellos me sirve para el propósito que sigue este libro. Tengo que seguir reflexionando y esforzarme un poco más en este paso. A ver si le encuentro la utilidad, porque de momento, no lo he hecho.

Y esto es todo por ahora. Tal vez esta entrada se salga un poco de la línea que tiene el resto del blog. Es cierto que no aporta nada a aquellos docentes que lo siguen esperando propuestas y reflexiones sobre nuestra profesión. Pero quiero usarlo también como una especie de "cuaderno de Bitácora" en el que reflejar mis avances a nivel de gestión personal. Porque cuanto mejor sepa gestionar todos los ámbitos de mi vida, más rendiré también en mi trabajo.

jueves, 11 de diciembre de 2014

GESTIONA MEJOR TU VIDA (Alberto Pena)


Hace poco tiempo, dos amigos, compañeros docentes y grandes profesionales, Juan Seguí y Daniel Pastor, me recomendaron la lectura de este libro que, según me contaron, les había ayudado mucho a mejorar en su gestión diaria, tanto a nivel profesional como personal. No tardé en comprarlo, y tan pronto como terminé el libro que tenía entre manos, me puse a leer éste. Cuando escribo esta entrada en el blog, todavía no he terminado de leerlo, pero no porque no me esté gustando o sea pesado, sino que lo estoy haciendo conscientemente, ya que creo que, tras la lectura de cada propuesta de cambio, necesito un tiempo prudencial para llevar a la práctica sus propuestas y valorar su eficacia. Sin embargo, he decidido escribir esta entrada como introducción, para presentar a grandes rasgos el libro, y posteriormente llevar un seguimiento también de las diferentes propuesta y cómo yo las voy implantando en mi vida.

En los primeros capítulos, el autor presenta una justificación de su propuesta y, más interesante aun, a quien va dirigida. Todos aquellos que, en su dia a día encuentran dificultades para organizarse, sienten que no tienen tiempo para realizar todo aquello que tienen entre manos, padecen un fuerte estrés y sufren un perpetuo sentimiento de agobio e insatisfacción; todas estas personas, digo, son aquellas a las que puede beneficiar mucho esta lectura, siempre y cuando sean disciplinadas y capaces de llevar a su terreno, adaptar a sus necesidades y aplicar aquellos "giros" que nos proponga Alberto Pena en las páginas de su obra.

Personalmente, me considero una persona bastante organizada. Creo que hago bastantes cosas en mi vida, y no solamente en el ámbito profesional, sino que también procuro mantener un equilibrio con el familiar, físico e incluso, últimamente, en lo espiritual. Una lectura previa de la que ya os hablé en este mismo blog (http://maestroenredado.blogspot.com.es/2014/10/organizate-con-eficacia-el-metodo-gtd.html) me ayudó muchísimo a mejorar en mi organización personal. Como aquella experiencia me gustó tanto, y la valoro tan positivamente, estoy convencido de que también esta otra obra me puede ayudar a mejorar todavía algún aspecto de mi vida, aunque, tal y como ya he dicho anteriormente, estoy bastante satisfecho a nivel personal.

Así pues, os recomiendo que también leyáis esta obra. Si estáis dispuestos a ello, preparad lápiz y papel. Os hará falta.

lunes, 8 de diciembre de 2014

MOBILE LEARNING: una experiencia de aplicación en las aulas

                                                          * Imagen tomada de d128.org

Hace unos cuantos meses, concretamente allá por febrero de 2014 (¡uf! ¡cómo pasa el tiempo!) escribí una entrada acerca del Mobile Learning. Aquí os dejo el enlace por si alguien quiere recordarla:

En ella os contaba mis primeras reflexiones acerca de esta metodología que acababa de descubrir (al menos, en su parte teórica) y las posibilidades que veía en ella. Hoy me siento muy satisfecho por poder redactar una nueva entrada con nuevas reflexiones, pero esta vez sobre una experiencia práctica real que estoy llevando a cabo en mi aula, con mi grupo de alumnos de 6º de Educación Primaria. Sin embargo, hay una cosa que no ha variado con respecto a la anterior entrada. De nuevo, mi motivación, la chispa que he prendido en mí la llama para ponerme manos a la obra, ha sido un nuevo MOOC del INTEF, en esta ocasión, el que trabaja más concretamente sobre esto del "mlearning". 

Después de haber podido implantar alguna actividad de aprendizaje con dispositivos móviles, ver la respuesta del alumnado, su participación y, por supuesto, los resultados obtenidos, estoy convencido de que éste puede ser el futuro de la educación. Como todos sabréis, hay muchas escuelas que han apostado por hacer comprar tablets a las familias, en sustitución del tradicional libro de texto. Bueno, creo que no he sido muy exacto en mi descripción, ya que, en la mayoría de los casos, el libro de texto sigue estando ahí, solo que se ha sustituido el formato papel por el digital. A mí, esta opción no me gusta, por varias razones:
- ¿Seguirá habiendo tablets dentro de unos años? La rápida e imprevisible evolución de la tecnología no nos garantiza que sea así, por lo que puede que estemos pidiendo a las familias que hagan una importante inversión sin garantía de continuidad.
- Ese cambio de soporte no implica un cambio metodológico. Es cierto que ayuda al márketing del centro, pero no garantiza que los niños aprendan habilidades diferentes a las de la escuela tradicional.

Personalmente, prefiero apostar (y así lo he hecho en esta experiencia que estoy llevando a la práctica) por un tipo de metodología llamada BYOD ("Bring Your Own Device", o, en castellano, "Trae tu propio dispositivo"). Os dejo aquí un enlace bastante completo e interesante para todos aquellos que queráis empezar a introduciros en este concepto, ya que no es mi intención explicarlo en esta entrada (aunque no descarto hacerlo más adelante): 
BYOD

Ahora bien, ¿qué  nos supone proponer esta experiencia metodológica? En primer lugar, es básico conocer qué posibilidades tenemos, es decir, de qué medios y recursos dispone nuestro alumnado. Para ello, yo les pasé una pequeña encuesta que me ayudó a descubrir la realidad de mi aula. En este caso, los resultados obtenidos permitiron lanzarme adelante con la experiencia. De hecho, encuentro que la metodología BYOD tiene otra ventaja con respecto al uso homogéneo de tablets por parte de todo el alumnado. Esta ventaja es la diversidad de dispositivos con los que se trabaja: teléfonos móviles, tablets, ordenadores portátiles... De este modo, hemos podido reflexionar también acerca de esta diversidad, qué dispositivos funcionan mejor en qué contextos y situaciones...

Otro aspecto fundamental a tener en cuenta una vez conocidos y analizados los resultados de la encuesta para conocer el uso y acceso a recursos tecnológicos por parte del alumnado, es que el centro disponga de la posibilidad de facilitar algún tipo de dispositivo a aquellos alumnos que no lo tengan. En caso contrario, las familias de estos alumnos podrían sentirse perjudicadas, ya que se les estaría dificultando la realización de determinadas actividades, o se les estaría limitando a convertirse en meros espectadores pasivos. En mi caso, pude prestarles netbooks, ya que el colegio dispone de un número de unidades móviles para llevar a las aulas.

Un tercer punto muy importante, al menos así lo creo yo, es solicitar autorización a las familias para ello. Ésta es la que les pasé yo, y que todos me devolvieron firmada:

El siguiente, y último, paso previo al inicio de la experiencia fue trabajar con el alumnado una serie de condiciones indispensables para que el proyecto funcionara correctamente, evitando un mal uso de la tecnología en el aula, tal y como hemos tenido noticias en numerosas ocasiones. Este paso lo planteé como una firma de un contrato, por el que ellos adquirían conmigo unos cuantos compromisos. Aquí os dejo también el modelo que usé para ello:

Este documento lo trabajamos en una sesión de tutoría, previo al inicio de la experiencia. Los tengo yo archivados en el aula y los volví a repartir y recordar justo antes de la primera sesión.

Y ahora voy a describir algunas de las actividades que hemos hecho a lo largo de esta experiencia de "mobile learning". Bueno, en realidad no voy a describirlas aquí, por dos razones:

a) La entrada sería demasiado larga si tengo que describir cada una de las aplicaciones que hemos usado, en qué actividades, qué valoración hago... Temo que, de hacerlo de este modo, no sigáis leyendo y os aburra.
b) Se trata de una experiencia abierta a nuevas actividades, por lo que la descripción quedaría incompleta.

Pero eso no quiere decir que os vaya a privar de la parte más interesante de la entrada. Todo lo contrario. Voy a dejaros a continuación un enlace que os recomiendo encarecidamente que visités. Se trata del portfolio de la actividad, donde recopilo las aplicaciones que ya he usado, junto con otras que tengo previsto utilizar más adelante. También hay una valoración de cada una de ellas, y una serie de aplicaciones didácticas de las mismas en el aula. Y, por último, también podréis encontrar algunas evidencias del uso real de estas aplicaciones, con las creaciones de los alumnos. Observaréis que algunas aplicaciones no tienen ningún documento asociado. Tal vez, si volvéis a visitar este portfolio más adelante, ya lo habré actualizado. Pero eso será sobre la aplicación real de las herramientas usadas. Aquí está el enlace, espero que lo encontréis interesante:
PORTFOLIO DE LA EXPERIENCIA DE IMPLANTACIÓN DE "MLEARNING"

Para finalizar esta entrada, que está quedando más larga de lo que tenía previsto en un principio, quiero reflejar tres aspectos importantes que se pueden conseguir gracias a la implantación del "mobile learning" en nuestras aulas:

1.- Facilita al alumnado la posibilidad de aprender a cualquier hora del día y en cualquier lugar en que se encuentren. Ayuda a cambiar la idea de que el aprendizaje es algo que se limita al tiempo escolar y al propio centro.
2.- Demuestra a nuestros chicos y chicas que los móviles y las tablets tienen muchísimas más posibilidades aparte de las que ellos dominan, y que se limitan prácticamente a actividades de ocio. Es decir, además de jugar, sirven para trabajar y para aprender.
3.- Podemos enseñarles el manejo de algunas apps que van a llevar siempre consigo, en sus dispositivos móviles. Y van a descubrir que estas aplicaciones tienen muchos más usos que el que les proponemos para una actividad concreta. Y, seguramente, una vez aprendido su manejo, van a ser capaces de extrapolarlo a otras actividades de su vida. Porque, eso sí, la tecnología siguen teniendo un componente motivacional que no podemos desdeñar. En absoluto.

P.D.: Por si alguien quiere oír un pequeño resumen de esta entrada, aquí os dejo también un podcast que hice al respecto, para entrenarme y conocer el recurso, ya que próximamente voy a proponer a mis alumnos que realicen uno:
https://soundcloud.com/epeidro/mobile-learning-una-breve 

miércoles, 26 de noviembre de 2014

NATIVOS DIGITALES


Uno de los conceptos más repetidos por los gurús de las TIC es éste de "nativos digitales" y, con toda certeza, los que estáis leyendo está entrada lo habréis oído más de una y dos veces. En cualquier caso, como no es el objetivo de esta entrada presentaros el concepto, os dejo aquí un enlace al artículo de Marc Prensky que lo inició todo, por si alguien tiene interés en acudir a la fuente original:

Marc Prensky: NATIVOS E INMIGRANTES DIGITALES

Y si no le conocéis, en el siguiente video os lo presento en persona:
 

En mi humilde opinión, este concepto es muy apropiado para referirse a unas generaciones de niños y niñas que desde el mismo momento de su nacimiento están rodeados de tecnología por todas partes, y que tienen a su alcance una grandísima cantidad de recursos y dispositivos para realizar múltiples tareas. Por ello, están absolutamente familiarizados con estas herramientas, nada de ellas les es ajeno. Muchos de nosotros nos sorprendemos viendo cómo son capaces de manejar con muy pocos años de edad, móviles y tabletas con sus diminutos deditos. Y si nos remotamos un poco más allá, sus abuelos quedan absolutamente perplejos ante la facilidad con la que llevan el ratón del ordenador al sitio sin ninguna dificultad, cuando a ellos les cuesta tanto dominar esta simple habilidad.

Sin embargo, este concepto ha ido distorsionándose hasta el punto de, como definió muy bien un amigo mío, pensar que los nativos digitales salen ya del útero materno (en realidad no lo dijo así, sino con un vulgarismo, pero lo voy a suavizar aquí) programando en PHP. Y esta idea lleva a muchos maestros a no querer llevar a sus alumnos al aula de informática, bien porque temen que los pupilos superen al docente en destreza y conocimiento tecnológico, bien porque aseguran que estos, en sus casas, ya tienen garantizado un acceso y, por tanto, dominio de aquellas habilidades básicas en el uso de las diferentes tecnologías.

Y aquí, precisamente, es donde está el gran error. Basta con que nos atrevamos a realizar una sola incursión al aula de informática y les propongamos un sencillito trabajo de búsqueda e investigación para darnos cuenta de que, en la mayoría de los casos, de eso, nada de nada. En primer lugar, vamos a poder constatar que la brecha digital, aunque se ha reducido mucho en los últimos años, todavía existe. Eso ya nos supone un primer hándicap que debemos salvar, pues nos obligará a enfrentarnos a algunos alumnos que ni siquiera saben poner en marcha su ordenador. Y, en segundo lugar, veremos que, si se les saca de Tuenti, webs de juegos en flash y alguna otra aplicación que ya tengan instalada en su computadora, tienen serias deficiencias.

No soy un experto en sociología, ni he hecho ningún estudio al respecto, pero me atrevo a aventurar que las dificultades con las que nos podemos encontrar variarán según el nivel socio-económico de nuestras familias, ya que esto es una variable de la cual todavía depende el acceso a los recursos informáticos de nuestro alumnado. En este caso, basándome en mi experiencia, voy a describir aquello con lo que me encuentro yo, que trabajo en un centro concertado cuya familia-tipo es de nivel medio o medio-bajo. Este dato lo saco de los resultados que nos manda Conselleria a partir de las respuestas que dan las propias familias en las encuestas que realizan para las pruebas diagnósticas que se convocan anualmente (mira tú por donde, ya le he encontrado una utilidad a estas pruebas...). Éstas son las principales dificultades con las que se encuentra mi alumnado de 6º de Primaria cuando se enfrentan a la tecnología en la escuela:

a) Impaciencia ante cualquier demora en aquellos programas que ellos desean hacer. Supongo que esto es una consecuencia del ritmo vertiginoso en el que viven, y que les ha acostumbrado a obtener aquello que quieren sin tener que esperar apenas a ello. Pero es sorprendente ver cómo pretenden que el ordenador ejecute inmediatamente un comando tras otro, ya que no aguardan a que se realice el primero. Y si, por los motivos que sea, la página de Internet que hay que visitar no carga enseguida, empiezan a levantarse manos, acompañadas generalmente por unos gritos angustiados, que provocan la primera sensación de agobio en el profesorado.

b) En relación con el punto anterior, otra situación frecuente con la que hay que lidiar es la cantidad de pestañas que son capaces de abrir para una única búsqueda. Generalmente, sucede por la impaciencia que he nombrado antes, ya que mientras esperan a que se cargue una página, pueden abrir seis o siete más. Obviamente, cuando todas se cargan, la información que se les había pedido queda prácticamente ilocalizable, aparte de la saturación que ello conlleva en la red.

c) Curiosa es, también, la percepción que ellos tienen de que, si una página no carga, es porque algo no funciona bien en Internet. Sin embargo, cuando el profesor se acerca para solucionar el problema, simplemente comprobando que la URL esté correctamente escrita, suele bastar. Pero esto es algo que, por mucho que les insista, no se les pasa por la cabeza. ¡Cómo van a equivocarse ellos!

d) Otro de los problemas que se deriva de la situación anterior es su tendencia natural a entrar en absolutamente todos los hipervínculos y enlaces que les aparecen en las páginas que consultan, aunque no les sea necesario para realizar el trabajo que se les ha planteado.

e) También he detectado que el primer instinto que siguen cuando acceden a una página web es mover la barra de desplazamiento vertical de arriba a abajo sin ningún sentido, simplemente para ver todo lo que hay en ese menú. Y, en ocasiones van más allá. Si hay algo que les llama la atención en la parte de abajo de la página, no tienen ningún reparo en entrar al enlace que allí se les propone, saltándose todo lo anterior y yendo a parar a algún lugar que no saben relacionar con nada de lo aprendido anteriormente.

 f) Una causa posible de todos los problemas anteriores es la poca costumbre que tienen de leer lo que tienen delante de sus narices. No solamente ocurre con las páginas web o delante del ordenador. Esta carencia también se nota en la realización de actividades escritas "ordinarias", en las que son capaces de preguntar "¿aquí qué hay que hacer?", cuando el enunciado del ejercicio lo indica con toda claridad.

g) Avanzando un paso más en el uso de la tecnología en el ámbito educativo, he detectado que no tienen ninguna habilidad para usar con fluidez los buscadores de Internet. No dominan ni de lejos el uso de palabras clave, por lo que se pierden con muchísima facilidad a la hora de realizar alguna búsqueda.

h) Y, por último, por lo menos en el nivel en el que trabajo yo, no tienen ninguna costumbre de contrastar las informaciones que encuentran. Se creen "a pies juntillas" lo primero que encuentran, y cometen el error de dar por ciertas afirmaciones que no lo son.


Una vez dicho todo esto, me gustaría que esta entrada pueda ser útil para algo a algún lector. Por ello, quiero terminarla recomendando una serie de sencillas actividades que podéis hacer cuando os decidáis a organizar alguna actividad en la que el alumnado tenga que emplear la tecnología. Evidentemente, puede que más de uno las encuentre demasiado banales dado el nivel de su alumnado. Es imprescindible, por tanto, que cada cual conozca qué destreza tienen los chavales en el uso de estas herramientas para, a partir del mismo, proponerles actividades que se adapten bien tanto a su nivel como a lo que queremos conseguir. Ahí van mis consejos:

1.- Explica en el aula ordinaria, si es posible mostrándolo en la pizarra digital (aquellos que la tengan), la actividad que les planteas. Es importante que les quede claro en ese momento y se resuelvan todas las dudas que pueda haber, porque una vez conecten su artilugio digital (ordenador, tableta, móvil...) será realmente difícil volver a captar su atención.

2. - Comprueba que no hay ningún problema técnico antes de pedirles que hagan nada. Es decir, que Internet funciona correctamente, que las páginas web que quieres que visiten siguen activas... Es realmente caótico (y desmoralizador para el maestro, también hay que decirlo) que algo no funcione.

3.- Plantéales actividades simples, claras y perfectamente guiadas, con un objetivo establecido de antemano y, a ser posible, que puedan alcanzar en el tiempo de clase.

4.- Deja claro qué se les va a evaluar. Es muy importante empezar a cambiar la idea de que la evaluación es sinónimo de examen, que sepan que van a tener una nota en función de una serie de variables que esperamos que consigan.

Esto es solamente un punto de partida, como he dicho con anterioridad, muy sencillo. A partir de aquí, y una vez los alumnos van adquiriendo soltura y autonomía en el manejo de los recursos digitales, se nos abre un ilimitado abanico de posibilidades. ¡Aprovechémoslas!




miércoles, 5 de noviembre de 2014

PEPE



Hoy no escribo sobre metodologías, ni sobre nuevas tecnologías o experiencias y proyectos educativos. El tema de esta entrada es mucho más importante que todo eso. También voy a cambiar mi rutina de escritura, ya que suelo tardar varios días en escribir cada una de las cosas que escribo, pues lo reviso varias veces, modifico frases, quito otras... En esta ocasión, voy a escribir "de un tirón", intentando plasmar con letras todo aquello que me dicta el corazón. Hoy voy a escribir sobre Pepe.

¿Quién es Pepe? Pues Pepe es un referente educativo para muchas personas. No os molestéis en buscarle en Google o en la Wikipedia. Probablemente no encontaréis nada. Porque Pepe no ha dedicado su vida a dar congresos o publicar libros. Tampoco ha ganado ningún premio o cualquier otro reconocimiento en el ámbito educativo. Pero ha ganado cosas mucho más importantes que los premios. Pepe se ha ganado el respeto de cientos de alumnos que le tuvieron como maestro. Pepe se ha ganado la admiración de todos cuantos hemos tenido la suerte de trabajar con él. Pepe se ha ganado un lugar en el corazón de alumnos, familiares, compañeros de trabajo... Su huella es muy profunda, su recuerdo es imborrable, sus enseñanzas imperecederas. 

Los que te conocemos, te queremos, te admiramos, y desde ya, te echamos de menos.

Pepe falleció el pasado 4 de noviembre de 2014, a los 56 años de edad, y con muchas cosas por enseñarnos todavía.

Un abrazo, estés donde estés, MAESTRO.

miércoles, 29 de octubre de 2014

CÓMO SER UN DOCENTE INNOVADOR EN TRES SENCILLOS PASOS

*Imagen tomada de www.docentesinnovadores.com


Innovación educativa (o metodológica, didáctica, pedagógica... no importa). Uno de los conceptos más socorridos y utilizados en estos últimos tiempos. Realicemos una búsqueda en Google con estas palabras, a ver qué sucede.... ¡Más de 280.000 resultados! ¡Cientos de blogs dedicados a la innovación! ¡Miles de videos! ¡Montones de experiencias! Asusta un poco, ¿no os parece?

Con este panorama, es lógico que muchos maestros sientan vértigo ante la propuesta de innovar. Por definición, los docentes somos bastante inmovilistas y tradicionales en lo que se refiere a metodologías y formas de enseñar (a nosotros, ¡que no nos saquen de nuestra zona de confort!). Y la idea que se tiene de "innovación" no ayuda demasiado, la verdad. Estoy seguro de que si pedimos a nuestros compañeros qué es lo primero que les viene a cabeza cuando se les habla de este concepto, seguro que la mayoría lo asocian con grandes proyectos, con el uso de nuevas tecnologías e Internet, romper el esquema tradicional de horarios, salir del aula... Y si, para rematar la faena, se les habla de metodologías como "the flipped classroom" o " gamificación" es posible que alguno abra la ventana y salte en el acto.

Pero... ¿alguien se ha parado a reflexionar sobre el significado de la palabra "innovación"? Lo mejor será que acudamos a la Real Academia de la Lengua, para que nos dé algo de luz al respecto. Según encontramos en el diccionario, "innovar" significa "mudar o alterar algo, introduciendo novedades". Reflexionemos, pues, sobre este concepto, porque seguro que tranquilizará a todos aquellos que no os consideráis capaces de innovar. Para ser un maestro innovador no hace falta ser un revolucionario, ni descubrir nada nuevo. Sólo es necesario CAMBIAR ALGO, INTRODUCIR ALGUNA NOVEDAD EN EL AULA.

Así pues, si no lo habéis hecho ya, os voy a proponer tres sencillas acciones que podéis llevar a cabo en vuestras aulas (si es que no lo habéis hecho ya) para empezar a "innovar":

1.- Realiza algún pequeño cambio en los agrupamientos de tu aula. Pasa del trabajo individual a plantear actividades en parejas, tríos, equipos y gran grupo. Procura que los grupos sean heterogéneos y equilibrados, y déjales un poco de margen para el trabajo, aunque estés controlando en todo momento lo que suceda en los mismos. No tengas miedo al ruído en el aula. Es lógico que suban los decibelios en clase, y debes permitirlo, siempre y cuando estén hablando sobre lo que corresponde. Para facilitarte la labor, hay muchísimas técnicas de aprendizaje cooperativo que pueden ayudarte y darte ideas.

2.- Diseña actividades que promuevan una "socialización rica" del aula, bien invitando a alguien ajeno a entrar en el aula e interactuar con tu alumnado (socialización de fuera - adentro) o bien llevándote a tus alumnos fuera del centro para sean ellos quienes interactuen con su entorno (socialización de dentro - afuera).

3.- Pregunta a tus alumnos y a sus familias. Atrévete a escucharles. Averigua cuáles son sus deseos, sus intereses, sus necesidades. Y, en la medida de lo posible, trata que estos se puedan cumplir en clase. Y, además, que puedan evaluarse, tanto a ellos mismos como a sus compañeros.

¿Es posible que todo eso ya lo hagas o lo hayas hecho? Entonces... ¡puedes considerar que, en algún momento de tu carrera, has sido innovador! Y ni siquiera hemos utilizado las tan temidas, pero no imprescindibles, TIC. 

A partir de ahí, y poco a poco, nos podemos plantear otras pequeñas acciones que se puedan llevar a cabo para favorecer el cambio de modelo de escuela que demanda la sociedad actual. Eso sí, para no agobiar a nadie, esos pasos siguientes los trataremos en una entrada posterior, ¿de acuerdo?

viernes, 17 de octubre de 2014

ORGANÍZATE CON EFICACIA: EL MÉTODO GTD


Hace unas pocas semanas, y gracias a una entrada en uno de los blogs que sigo con asiduidad (http://justificaturespuesta.com/como-aumentar-la-productividad-docente-con-el-metodo-gtd/), cayó en mis manos uno de esos libros de "autoayuda" que proliferaron tanto a raíz del éxito de "¿Quién se ha llevado mi queso?". El artículo me pareció interesante, por lo que me decidí a comprar el libro. Ahora que ya lo he leído, me gustaría compartir con vosotros la experiencia que ello me ha supuesto.

En primer lugar, debo advertir que se trata de una obra pensada fundamentalmente para aquellas personas trabajan en un ámbito empresarial, por lo que no se trata de un libro que trate temas docentes. Por ello, hay algunas partes del mismo que tienen difícil aplicación para nosotros. Sin embargo, hay otras que sí nos pueden ayudar mucho en nuestra gestión y, es por ello, que recomiendo su lectura a cualquier maestro que sienta que no tiene tiempo para realizar todas las tareas que se nos exigen estos últimos tiempos. Como libro, tiene una lectura fácil y rápida. No resulta "indigesto" en ningún momento y, con un poco de dedicación, se puede terminar en apenas una o dos semanas. Y, con respecto a qué apartados son de aplicación para nosotros y cuáles no... dependerá del punto de partida de cada uno. Recomiendo que se lea con sentido crítico y analítico, tomando aquellas ideas que realmente creamos que nos pueden ser útiles, y desechando aquellas que no.

En mi caso, debo admitir que la lectura y aplicación de aquellas ideas que he seleccionado del método propuesto me ha ayudado bastante a mejorar mi organización y a gestionar con más fluidez y eficacia los recursos que manejo. Y un efecto colateral a esto, aunque también se señala como uno de los propósitos principales que tenía el autor cuando escribió esta obra, es que me encuentro mucho más relajado y tranquilo, y percibo que mi nivel de estrés se ha reducido también notablemente.

No es mi intención hacer aquí un exhaustivo resumen de todas las propuestas que se hacen en el libro, ni mucho menos. Quien esté muy interesado, que lo compre y lo lea, seguro que no se arrepentirá. De todos modos, para que os hagáis una idea de qué planteamiento hace, os dejo este diagrama de flujo:

Éste es el sistema de organización que plantea el autor, David Allen, y que luego desarrolla a lo largo de las páginas de su ensayo. Por cierto, GTD es el acrónimo de las palabras inglesas "Getting Things Done", que se podría traducir como "Conseguir que se hagan las cosas". 

De todos los planteamientos que encontramos en esta propuesta, voy a destacar las tres cosas que yo he decidido aplicar en mi vida, y que me están funcionando realmente bien:

1.- Sacar las cosas de la cabeza: según el autor, intentar recordar las cosas que tenemos que hacer nos quita mucha energía, nos distrae mientras tratamos de hacer otras, y nos genera mucho estrés. Es fundamental que lo anotemos todo en el momento en que se nos ocurre. Yo ya lo estoy haciendo. Y realmente funciona. Es sorprendente cómo, por el simple hecho de saber que lo tengo anotado y que ya no se me va a olvidar, soy capaz de eliminarlo de mi cabeza. Por supuesto, tal y como he comentado con anterioridad, es importante tomar esta propuesta según tus posibilidades y adaptándola a las mismas. Este libro ya tiene unos años, la tecnología ha avanzado, y nuestra profesión tiene unas características y necesidades que no son idénticas a las de un empresario. 
Yo utilizo, básicamente, tres recursos para dejar anotadas las tareas que tengo: 
a) El correo electrónico: todo lo que me llega lo tengo organizado por carpetas. Es un buen recurso para saber qué tengo pendiente.

b) Mi agenda escolar: las tareas que tienen que ver con la gestión del aula las anoto allí.

c) Una aplicación llamada Evernote. Imprescindible me resulta su versión para móvil, ya que éste lo suelo llevar siempre encima y me permite anotar cualquier cosa que se me ocurra en todo momento. Además, lo tengo también instalado en mi portátil (para consultarlo en el trabajo) y en el PC (para consultas en casa). Sincroniza automáticamente, por lo que es una herramienta muy recomendable.

2.- La regla de los dos minutos: según prescribe esta regla, si una tarea te va a llevar menos de dos minutos... ¡hazla ya! Parece una tontería, pero yo me estoy dando cuenta que, aplicando esta sencilla regla, el número de tareas que se me acumulan está disminuyendo muy rápidamente. Y tengo la sensación de ser mucho más ágil y eficaz.

3.- Situación - tiempo - energía - prioridad: esta fórmula se aplica para decidir qué tareas realizar en primer lugar. Se trata de seguir, en este orden, estos criterios. Es decir, primero haré aquellas tareas que solo pueda hacer en el sitio en el que estoy (situación), después aquellas para las que sé que tengo tiempo suficiente para terminarlas (tiempo), luego, aquéllas que me encuentro con fuerzas y ganas para hacer (energía) y por último, si se dan todos estos criterios para varias actividades, elegiré hacer aquélla que es más urgente (prioridad).

Quiero terminar esta entrada animándoos a leer el libro y poner en marcha este método (o parte de él). Como he empezado diciendo, leer un artículo similar a éste en un blog fue mi motivación para hacerlo. Me sentiría muy satisfecho si alguien siguiera ese ejemplo y la lectura de estas líneas le animaran a hacerlo. 


lunes, 6 de octubre de 2014

"PRESTIGIO" Y "DOCENTE" SON TÉRMINOS CONTRADICTORIOS

Un par de vídeos para introducir la reflexión que quiero compartir hoy con vosotros:




Hablar del prestigio de la profesión docente, hoy en día,es poco más o menos lo mismo que hablar de la caída del Imperio Romano: en ambos casos se trata de hechos del pasado. La nuestra es una profesión absolutamente desprestigiada, vilipendiada y cuestionada. Es triste decirlo, pero así hay que reconocerlo. 
No sabría qué ha ocurrido para que esto sea así, pero en cuestión de pocos años, el maestro ha pasado de ser una figura reconocida y respetada, a ser el blanco de las críticas de gran parte de la sociedad. No he realizado ningún estudio para poder presentar aquí cuáles han sido los motivos para ello, pero sí tengo algunas sospechas acerca de los agentes que han provocado esta situación. Puedo estar equivocado, pero voy a tratar de presentároslos:

1.- Los políticos y administración educativa: obviamente, no resulta serio lo que está sucediendo con la legislación educativa en estos últimos 20 años. Reformas, contrarreformas y requetecontrarreformas. Esta falta de estabilidad, y el uso de la educación como arma política no favorece sino el enfrentamiento entre diferentes colectivos y la sensación de que pueden hacer con nosotros lo que les venga en gana. Además, desde la propia administración educativa, con sus decretos, órdenes y resoluciones varias, se está promoviendo el debate social sobre algunas cuestiones "polémicas" (vamos a decirlo así). La bandera de este desprestigio es, evidentemente, la cuestión de las vacaciones....

2.- Las madres / padres del alumnado:  todo el mundo opina sobre lo que hacemos, cada vez tengo una mayor sensación de que, si pudieran, nos organizarían las aulas y todo el colegio. En lugar de ser nuestros aliados, y darse cuenta de que lo que hacemos, lo que proponemos y decidimos tienen como único fin el lograr una mejor educación de sus hijas / os, parece que seamos sus enemigos, que queramos molestarles con nuestras observaciones y que amenazamos la comodidad en la que están instalados con nuestras sugerencias. No lo digo yo, solamente. Como muestra, os recomiendo que leáis estos fabulosos artículo acerca de una de las últimas situaciones con la que nos encontramos:

Sin embargo, paradójicamente, a pesar de esa falta de confianza en los colegios y en los profesionales que trabajan con sus hijos, demandan que puedan pasar cada vez más tiempo en la escuela. Los apuntan a todas las actividades extraescolares que pueden, y si por ellos fuera, la jornada escolar empezaría a las 9 de la mañana (antes, no, que tampoco apetece tener que madrugar demasiado) y terminaría a las 20:00. Así les daría tiempo a tomar café con las amigas, ir al gimnasio, ver "Sálvame" tranquilamente... ¡y ponernos a parir por lo poco que trabajamos! No sé si el aumento del paro ha contribuido a esto, pero en muchas ocasiones me da la sensación de que no tienen otra cosa en que pensar, así que dedican sus esfuerzos intelectuales a criticar lo que se hace en el colegio de sus hijos... Un poco de humor gráfico para ejemplificar la actitud de muchas familias hacia la figura del maestro:



3.- El propio profesorado: me he dejado para el final al colectivo al que trabajo, porque una grandísima parte de culpa de lo que nos sucede la tenemos nosotros mismos. De hecho, debo decir que esta entrada en el blog se desencadena a partir de una rocambolesca situación que he conocido estas últimas semanas. Y que ha provocado mi indignación, como imagino habréis podido ver a lo largo de las líneas anteriores. Os pongo en antecedentes. La Conselleria de Educación de la Comunidad Valenciana (vuelta al primer agente que he señalado como culpable de lo que ocurre) decidió, antes de las vacaciones veraniegas, regular el horario de los colegio para Educación Primaria, de manera que todas las sesiones lectivas duren 45' y haya un total de 6 al día, 4 por la mañana y 2 por la tarde. Además, la ley especifica que la jornada escolar empieza a las 9'00 y termina a las 17'00. Vamos, no hay que ser un gran matemático para sacar el horario. La única posible intervención que teníamos los centros era determinar si las tardes queríamos empezar a las 15'30 y terminar a las 17'00, o solicitar una modificación para empezar a las 15'00 y terminar a las 16'30. En todo caso, las madres / padres (vuelta al segundo agente que he señalado como culpable de lo que ocurre) de nuestro alumnado se iban a ver perjudicados, ya que la hora del café / siesta / gimnasio se les acorta. Así ha sido, y así nos lo han hecho saber con diferentes grados de educación, claro está. Obviamente, a ninguno de los damnificados se le ocurre culpar de este enorme perjuicio que sufren a la administración, sino que, naturalmente, la culpa es del colegio al que van sus hijos...

Era importante conocer estos antecedentes, porque la decisión tomada por algunos centros cercanos al que yo trabajo ha sido... ¡MANTENER EL HORARIO DE 15'00 A 17'00! ¿Qué tiene esto de sorprendente? Simplemente, que se obliga al profesorado a trabajar media hora más al día, sistemáticamente, durante todo el curso. Esto hace un total de 2'5 horas extra semanales a la semana; es decir, 10 horas extra mensuales durante todo el curso... Eso, sin tener en cuenta las horas que luego empeñamos en casa. Esas horas que prácticamente nadie en la sociedad sabe que se hacen, aunque nosotros y nuestras familias sí que lo saben.

Quiero recalcar en este punto la obligatoriedad que he comentado anteriormente, porque lo que comentan las madres entre sí es que se han ofrecido voluntariamente para ofrecer un mejor servicio a las familias. ¡Y un cuerno! ¿Cómo puede haber alguien que se crea esto? A mí me resulta absolutamente inverosímil que TODOS los trabajadores se hayan ofrecido para trabajar TODOS los días de la semana durante TODO el curso... A no ser que en esos colegios los maestros sean todos solteros, sin aficiones fuera de su trabajo ni vida personal. En ese caso, podría llegar a entenderlo.

Y esto me lleva a plantearme una segunda cuestión. ¿Durante cuánto tiempo piensan sostener esta situación? Imagino que la intención de la dirección del colegio será solicitar la jornada continua a partir del próximo curso (cuestión sobre la que tengo intención de incluir una entrada también en este blog), pero mucho me temo que esta situación de explotación laboral no mejoraría con este cambio.

Sinceramente, considero este hecho absolutamente vergonzoso y denigrante para nuestra profesión. Si estamos dispuestos a consentir esto, a que nos pisoteen de esta manera... ¿cómo vamos a pedir un mínimo de respeto hacia nuestra labor? Perdemos toda nuestra autoridad, desde el mismo momento en que los afectados consienten este atropello. Debo decir que soy consciente de lo sencillo que resulta criticar a otros compañeros cuando yo mismo no me he visto en esta disyuntiva. Yo creo que me negaría, pero uno nunca puede decir "de este agua no beberé", sobre todo si el único jornal que entra en casa es el propio y una rebeldía así puede suponer la pérdida del puesto de trabajo. Ahora bien, ¿para qué tenemos enlaces sindicales en los colegios? ¿No hay nadie que nos pueda defender ante este tipo de tropelías? 

Por último, sin pretender ser vidente ni jugar a adivinar el futuro, me temo que esta situación puede desencadenar en una serie de consecuencias negativas para la formación del alumnado. En primer lugar, no creo que el ambiente en el que se vaya a trabajar sea óptimo. Por otra parte, ¿estará dispuesto el profesorado a realizar algún tipo de sacrificio más? Me figuro que es más que posible que el profesorado no tenga ninguna gana de organizar actividades complementarias que le suponga alargar todavía más su jornada laboral. Y qué decir de la formación permanente. ¿Se les puede pedir a estos profesionales que sacrifiquen todavía más su vida familiar asistiendo a congresos, conferencias, cursos...?

Para finalizar, una duda, ¿sabéis de alguna otra profesión en la que se dé este tipo de situaciones?

P.D.: Estoy totalmente indignado, y supongo que se me nota. Si he podido ofender a alguien con algún comentario, pido disculpas.


martes, 30 de septiembre de 2014

CÓMO EMPEZAR EL CURSO DE MANERA MOTIVADORA PARA EL ALUMNADO



Hace ya poco más un mes que empezamos las clases, en una cada vez más prematura "vuelta al cole". Como muchos sabréis y habréis oído en las noticias, o léido en los diarios, en la Comunidad Valenciana este hecho no ha estado exento de polémica, porque ha coincidido el curso en que más pronto se incorporaba el alumnado a las aulas, con el septiembre más caluroso de hace muchos años. No es mi intención polemizar aquí, ni criticar las decisiones que se tomen a nivel político. Lo que quiero con esta entrada del blog es aprovechar esta coyuntura para defender la conveniencia de planificar un buen inicio de curso, de tal forma que la incorporación del alumnado al centro tras un descanso vacacional de cerca de dos meses sea progresivo y agradable.

En el colegio José Arnauda hemos adoptado como metodología propia de centro (es decir, que se realiza desde Infantil hasta Secundaria) lo que denominamos "Unidad de Acogida y Evaluación Inicial". Se trata de diseñar un conjunto de actividades que giren en torno a un eje temático que les resulte motivador, y entre las que se incluyan dinámicas grupales, actividades de técnicas de estudio, presentación de las materias...

En 6º hemos planteado una unidad que gira en torno a las Inteligencias Múltiples, de tal manera que cada día de la semana trabajamos una de ellas, para terminar realizando una reflexión en torno a las habilidades que cada uno de ellos posee. A continuación podéis dar una ojeada con mayor detalle al diseño inicial de la misma:



La valoración realizada por el profesorado implicado en la implantación y puesta en práctica de esta evaluación es muy positiva. Cabe señalar que para el diseño de la misma se trabajó en coordinación con el departamento de orientación de nuestro colegio, quienes realizaron una grandísima labor definiendo qué ítems conviene observar en cada uno de los niveles de la etapa. De este modo, al diseñar la unidad de acogida nos resultó relativamente sencillo escoger algunos de estos ítems que queríamos evaluar en nuestro alumnado, y con posterioridad, determinar una actividad y una herramienta para su evaluación. 

Con todos los datos obtenidos, los primeros días del mes de octubre realizamos una sesión de evaluación inicial, en la que están presentes todos los maestros que inciden en el grupo, para realizar las propuestas de mejora pertinentes para la clase. Del mismo modo, se determinan las medidas de atención a la diversidad que den mejor respuesta a las necesidades educativas del alumnado.

Igualmente, el alumnado tiene la posibilidad de opinar acerca de todas las actividades en las que han participado en esta unidad. Su opinión, por tanto, es tan importante como la nuestra, ya que uno de los principales propósitos de esta metodología es incorporarse a la escuela de una forma agradable y nada traumática tras el parón vacacional. Y es una gran satisfacción para mí comprobar que el objetivo está más que conseguido. Su valoración es muy positiva, en todos los casos afirman que les ha gustado mucho esta forma de empezar el curso, que les gustaría repetirla en cursos posteriores, y apenas realizan sugerencias de cambio o mejora en la misma.

En definitiva, se trata de una metodología sencilla, y muy recomendable para iniciar el curso. 

martes, 16 de septiembre de 2014

10 CONSEJOS PARA MEJORAR LAS REUNIONES GENERALES CON FAMILIAS

                                                           * Procedencia de la imagen

Las reuniones generales que celebramos a principios de curso con las familias de nuestro alumnado son importantes. Más que eso. Diría que son fundamentales. Es absolutamente imprescindible informar lo antes posible de todos aquellos aspectos que consideramos necesarios para el correcto funcionamiento del curso. Y, por supuesto, también ayudan a crear un clima de confianza mutuo y a establecer los canales de comunicación tan necesarios para el seguimiento de la educación de nuestros alumnos, sus hijos. Supongo que todo esto, ningún docente lo discutirá.

Ahora bien... Tengo la sensación de que la organización y el desarrollo de estas reuniones es uno de esos aspectos que permanecen invariables en nuestras escuelas desde hace muchísimos cursos. Hablo de un evento en el que el tutor habla y habla sin parar durante varias horas; donde los familiares que acuden tienen un rol absolutamente pasivo, de simples oyentes (en algunos casos, os aseguro que esa función "oyente" deja de también de existir a los pocos minutos de empezada la sesión); en la que el contenido del que se informa a los asistentes es el mismo (con alguna leve variación, en el mejor de los casos) curso tras curso; y en las que del soporte visual que sirve de apoyo a las palabras del tutor (el inevitable "power point") solo se han cambiado las fotografías que lo acompañan, poniendo las de los hijos de los asistentes para que así se sientan más identificados....

¿Es esto útil? ¿Conseguimos con estas reuniones el objetivo que nos proponemos? Seguramente, no. Por ello, ya desde hace un par de cursos me tomé un tiempo para la reflexión y para tratar de plantear alguna fórmula organizativa diferente a esto tan habitual. En 6º, que es el curso en el que trabajo, me atrevía ya el pasado curso a presentar una reunión general "diferente". Y debo decir que la experiencia ha sido absolutamente satisfactoria, tanto para el profesorado que dirige y organiza estas reuniones, como para los familiares asistentes a las mismas. Este curso ya la he tenido también. Creo que es bueno reunirse con las familias lo antes posible, para poder dialogar y establecer unos acuerdos que nos ayuden a todos durante todo el curso. En base a la experiencia del curso anterior y a la evaluación que se hizo de la misma, se han introducido una serie de mejoras, aunque básicamente el planteamiento sea el mismo.

Así pues, tras esta fabulosa experiencia, extraigo aquí una serie de recomendaciones que podéis tener en cuenta si queréis que vuestras reuniones generales con las familias no sean monótonas y aburridas:

1.- Sorpréndeles desde el mismo momento de acceder a la sala donde se celebre la reunión. Simplemente con cambiar la distribución habitual de las sillas, colocándolas en círculo o en pequeños grupos, ya conseguirás captar su atención y crear un ambiente "diferente".
2.- Ambienta la sala con una música que les acompañe en los momentos en que entran a la reunión y mientras se sientan. Si, además, puede ser una canción que lleve implícito un mensaje seleccionado previamente, mejor. En nuestro caso, usamos las canción "Let me entertain you", de Robbie Williams. Empezamos la reunión preguntándoles si sabían qué dice el estribillo ("deja que te entretenga"), y planteándoles que ése precisamente era el objetivo que nos habíamos propuesto para esa tarde: entretenerles, en la misma medida en que les informamos.
3.- Procura que la reunión se celebre en un lugar donde los asistentes puedan estar cómodos y a gusto. Seas tutor del nivel que seas, el mobiliario de nuestras aulas no es adecuado para los familiares. Por tanto, piensa en la infraestructura de tu colegio, y elige el mejor lugar. Si además, el sitio en cuestión está bien ventilado, mejor que mejor (queda clara que esta reflexión surge después de sufrir el calor tremendo que hemos tenido en esta vuelta al cole).
4.- Determina una duración máxima para la reunión. Personalmente, creo que una hora sería perfecto, pero en ocasiones resulta imposible. En ningún caso debería superar la hora y media. Comunica a los asistentes la hora prevista para finalizar el encuentro, y sé escrupuloso con los horarios, tanto para empezar como parar terminar.
5.- Elabora un listado con todas aquellas informaciones que quieres comunicar a las familias. Elimina todas aquellas que vienen repitiéndose curso tras curso, priorizando las novedades y aquellas que quieras recordar necesariamente.
6.- Renueva tu material visual de apoyo. Busca alternativas al "power point" que vienes gastando desde hace muuuuuuchos cursos. Experimenta con otros recursos mucho más dinámicos y atractivos, como por ejemplo "Prezi" o "PowToon".
7.- Cambia la dinámica de la reunión para que los asistentes tengan una participación activa. Que no sea el profesorado quien habla todo el rato, y las familias solamente puedan preguntar algo en el apartado de ruegos y preguntas. Piensa alguna dinámica motivadora en la que las familias tengan la palabra. Así, además, podrás aprovechar para pedirles una mayor implicación en la educación de sus hijos.
8.- Muévete por la sala, sé dinámico... De este modo conseguirás mantener unos niveles de atención adecuados, y podrás interactuar más y mejor con los asistentes.
9.- Bromea, sé divertido. Las reuniones son serias, claro que sí, y hay que plantearlas con rigor y profesionalidad. Pero eso no está reñido con crear un clima distendido y de confianza. Si consigues que se rían en determinados momentos, si logras que la sesión transcurra en un clima ameno... ¡tienes mucho ganado!
10.- Termina la reunión con algún audiovisual motivador, que les transmita un mensaje positivo y de optimismo con respecto a la labor que todos tenemos entre manos. Con ello, conseguirás que se vayan a sus casas con un buen sabor de boca. Como muestra, éste es el video que elegimos nosotros:


Ya para terminar esta entrada, me gustaría comentaros brevemente cómo planteamos nuestras reuniones este curso. En 5º de Primaria, las sillas se dispusieron en grupos antes de abrir las puertas, de modo que los asistentes se sentaban dónde querían, pero respetando esa distribución. A cada grupo se le asignó un "proceso" (lenguaje propio del Sistema de Gestión de Calidad...), y tras debatir entre ellos, cada grupo debía acordar una serie de preguntas que les querían a los tutores sobre ese proceso concreto (tal y como se vé en la fotografía que ilustra esta entrada). Así, un grupo pudo plantear sus dudas acerca de la evaluación, otro acerca de las actividades complementarias y excursiones...
Sin embargo, en 6º de Primaria, el planteamiento fue diametralmente opuesto. El salón de actos se dispuso en círculo, y eran los tutores los que les realizaban preguntas a los asistentes. Por ejemplo: "¿de dónde pensáis que salen las notas de vuestros hijos?" o "¿qué excursiones creéis que haremos este curso?" (por contrastar los mismos procesos que en 5º). A partir de sus aportaciones, se establecía un diálogo entre todos y se completaban las informaciones que queríamos dar.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

CAOS EN LAS AULAS (Antoni Dalmases)


Antes de empezar a desarrollar la reflexión que me ha suscitado la lectura de este libro, creo que es importante establecer dos premisas fundamentales:
1.- No conozco al Sr. Dalmases, ni como profesor ni como escritor (vamos, que no he leído ningún otro libro suyo aparte de este). Si estáis interesados en conocer algo más de este escritor y profesor de instituto, os dejo aquí el enlace a la wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Antoni_Dalmases Así pues, la opinión que pueda tener de él como docente está basada en mis impresiones a partir de esta lectura. En cualquier caso, como cualquier profesional de la educación entregado a su trabajo, tiene todo mi respeto.
2.- Detesto que a la educación se le ponga "apellido". Estoy cansado de esa guerra fratricida que algunos se empeñan en avivar entre la pública y la concertada/privada. No me voy a extender más aquí, creo que, más adelante, dedicaré una entrada en este blog a expresar mi opinión al respecto.

Dicho esto, voy a empezar por comentar algunas generalidades sobre esta obra, para que nadie se lleve a engaño. Se trata de un compendio de pensamientos y opiniones que el autor realiza sobre la mayoría de elementos y agentes que conforman el actual sistema educativo. No pretende ser (lo cual es loable) un libro que trate de convencer a nadie de nada en concreto y eso lo deja muy claro el Sr. Dalmases desde el principio. Él manifiesta sus opiniones, y el lector puede estar de acuerdo con ellas, o no estarlo. Por ello, es fundamental leerlo con espíritu crítico y cierta personalidad propia, para no caer en el error de convertir lo que se lee en "dogma de fé". 

En segundo lugar, y aunque esto tenga una relativa importancia, quiero advertir que yo he leído la versión original del libro, escrita en catalán, y desconozco si ésta ha sido traducida al castellano. Lo comento, fundamentalmente por si hay alguien a quien pica la curiosidad tras la lectura de esta entrada en el blog  y busca la obra. 

Voy a empezar por aquellos aspectos del libro que más me han gustado, de entre los cuales destaco la locuacidad y claridad con la que expone sus ideas el autor. El libro es directo, claro, y no deja lugar a malas interpretaciones. También me parece admirable la valentía que demuestra al opinar sobre todo y sobre todos, sin pelos en la lengua, defendiendo sus argumentos con criterio propio. En general, el libro se lee con mucha facilidad y resulta entretenido, en algunos momentos incluso divertido, gracias al estilo que usa el autor en toda la obra, con un abundante uso del sarcasmo y la ironía. Y todavía quiero destacar un aspecto más. A lo largo de todas sus páginas, se trasluce la gran vocación docente que tiene su autor. Se nota que es un profesor al que le gusta el trabajo que hace, que no lo cambiaría por nada en el mundo, y que se entrega a su profesión en cuerpo y alma.

Desde las primeras páginas del libro, el autor nos describe una serie de situaciones que él ha vivido en primera persona, con las cuales nos será muy fácil identificarnos, ya que todos los docentes nos hemos visto envueltos, antes o después. Eso hace que nos resulte sencillo identificarnos con aquello que estamos leyendo, y por tanto, nos veamos absorbidos por la lectura. Y, como ya he dicho anteriormente, el autor "toca todos los palos", expresando su opinión acerca de agentes que van desde la administración educativa, hasta los propios compañeros de instituto, pasando por alumnado, familiares...

Personalmente, estoy de acuerdo con las opiniones que manifiesta sobre los responsables de la administración educativa y los políticos que dictan la legislación educativa, como también lo estoy, en general, con otros capítulos que dedica a la formación inicial del profesorado, al poco prestigio del que goza actualmente nuestra profesión...

Y ahora, vamos a la parte con la que no estoy, en absoluto, de acuerdo. Como ya he dicho, no he tenido la oportunidad de trabajar con el Sr. Dalmases, pero por lo que deja traslucir a lo largo de estas páginas, tengo la sensación de que se trata de un profesor "de los de toda la vida", uno de esos que tienen como lema aquello de "la letra con sangre entra". Según su opinión, todos los males que aquejan a la escuela hoy en día, son ajenos a ella. Critica a las familias, al alumnado, al profesorado, a la administración... a todos, ¡menos a la propia escuela! Según se desprende de sus opiniones (o, al menos, eso he entendido yo), la escuela está bien como está y no necesita ningún cambio o, como mucho, deshacerse rápidamente de todos aquellos elementos que impiden el normal funcionamiento de las clases. Y, se refiere, por supuesto, a las clases magistrales, porque no concibe otro modo más efectivo de que el alumnado aprenda.

Leer este libro resulta ejemplificante de porqué la escuela sigue anclada en un modelo obsoleto y muy lejos de lo que demanda la sociedad actual. Son mentalidades como la del Sr. Dalmases las que frenan la evolución de los centros educativos hacia algo mucho más actual y conectado con los intereses del alumnado y con sus necesidades futuras. Y, precisamente por ello, me ha gustado leer este libro. Porque me ayuda a conocer los argumentos que tienen los inmovilistas para poder crear los míos propios, rebatir ese conservadurismo y defender la revolución educativa.

Recomiendo a todos los docentes, como ya he dicho antes, que dediquéis un tiempo a leer esta obra. Disfrutaréis con ella, al tiempo que os suscitará la reflexión. Y, además, así tendré más compañeros de profesión con quien debatir, tanto sobre el propio libro como sobre el estado actual (y futuro) de la educación en nuestro país.

P.D.: supongo que el Sr. Dalmases no leerá jamás esta entrada en el blog, pero por si acaso lo hiciera (que hoy en día la tecnología puede provocar situaciones insospechadas), le pido perdón por alguna opinión que haya podido molestarle (nunca sería mi intención) o por los más que seguros errores de sintaxis que haya cometido en mi redacción (y él o cualquiera que haya leído su libro, ya me entenderá).

martes, 2 de septiembre de 2014

CONECTIVISMO: un paradigma educativo para esta era


Conductismo, constructivismo, cognitivismo...  son paradigmas educativos con los que cualquier docente estará totalmente familiarizado, seguramente porque los estudiamos en la facultad de Magisterio. Sin embargo, es más que posible que exista un nuevo paradigma educativo del cual muchos todavía ni siquiera hayan oído hablar. Se trata del conectivismo, principio formulado por los autores americanos George Siemens y Stephen Downes.


No es mi objetivo en esta entrada explicar los principios fundamentales de este paradigma moderno. Para ello, os recomiendo a todos que acudáis a la fuente original y leáis la obra cuya portada podéis ver en la imagen superior. No obstante, por si no tenéis la posibilidad de acceder al libro, este resumen os puede servir para haceros una idea básica de qué es el constructivismo.


Conectivismo George Siemens from Felipe Lavarello

Como habréis podido observar , el conectivismo nos ofrece un marco teórico perfecto para impulsar un cambio en el modelo de escuela actual, de forma que ésta responda a las demandas de la sociedad del siglo XXI. Este paradigma se centra únicamente en cómo podemos aprender hoy en día, usando la tecnología que tenemos a nuestra disposición con tanta facilidad. No encontraréis en esta obra ningún capítulo dedicado a la neurología, ni a cómo el cerebro asimila los aprendizajes. No. Se trata de un tratado fundamentalmente práctico, lo cual es muy de agradecer. Además, tampoco es una obra demasiado extensa. La edición que adquirí yo tenía en torno a las 200 páginas, y su lectura es sencilla y muy fácilmente asimilable.

De todos modos, como sucede con otras obras de la misma naturaleza, lo mejor que puedo decir de esta obra es que motiva a la reflexión posterior. Como docente en activo, agradezco mucho cualquier estímule que me provoque análisis e interiorización, ya que considero que me ayuda a mejorar en mi práctica. Esta obra no plantea en ningún momento cómo trasladar a un aula aquello que plantea, por lo que queda a criterio del lector, realizar una propuesta concreta.

Así pues, tras el nombrado proceso de reflexión, pienso no es posible realizar un planteamiento general sobre este asunto concreto. Pienso que lo más apropiado es partir de la realidad del aula en la que trabajas, de la disponibilidad y accesibilidad de nuestro alumnado a determinados recursos tecnológicos.  Para ello, el pasado curso diseñé una encuesta que, aunque seguro que es muy mejorable, nos ofrece datos interesantes sobre esta cuestión. Os dejo, a continuación, los resultados obtenidos el pasado curso en una aula de 6º de Primaria:

Obviamente, esta encuesta debería pasarse cada vez que el tutor empieza con un curso nuevo. Incluso me atrevo a proponer que sería muy interesante introducir esta encuesta como parte de una unidad de acogida y evaluación inicial que se implantara sistemáticamente durante el mes de septiembre. A partir de ahí, y en función de los resultados obtenidos y el posterior análisis realizado, se debería plantear una actuación concreta para cada caso particular. Y ahí es dónde me surgen las principales dudas, sobre todo por el nivel educativo en el que trabajo, que actualmente es 6º de Primaria:
- ¿Sería éste un buen momento para empezar a presentar herramientas y recursos tecnológicos con los que el alumnado empiece a construir su propio Entorno Personal de Aprendizaje (PLE)?
- ¿Cuáles serían las herramientas básicas con las que empezaríamos?
- ¿Deberían ofrecerse los mismos recursos a todo el alumnado? ¿O, por contra, sería más útil personalizar?

En fin, como véis, la lectura de esta obra me ha reafirmado en muchas de mis creencias, pero también me ha provocado muchas preguntas. Uno de los propósitos que tengo para este curso es seguir avanzando en la reflexión de estas cuestiones, pero llevando a la práctica diferentes propuestas, evaluándolas y, por supuesto, compartiéndolas con vosotros. Y ojalá sirvan para provocar también la reflexión en algunos de vosotros, reflexión que a la vez sea llevada a algún aula... O mantendré informados. ¡Empezamos!

sábado, 26 de julio de 2014

LAS VACACIONES DEL MAESTRO

                                                  * Imagen tomada de www.c-curioso.com



Escribo estas líneas desde la playa, donde llevo ya unos cuantos días de descanso. Sí. Soy maestro y disfruto de unas vacaciones más prolongadas que las del resto de profesiones actuales. Ya se encargan de recordármelo muchos de mis conocidos continuamente, convirtiendo esta situación en uno de los principales argumentos para desprestigiar mi profesión.
Sin embargo, no soy victimista,  ni me enfado o me molesto cuando esto sucede. Sí me irritaba hace un tiempo, pero he llegado a un punto en el que no me importa en absoluto que se metan conmigo por motivo de mis vacaciones. Percibo que el desprestigio del que hablo no es exclusivo de la profesión docente. Tengo amigos policías que me cuentan cómo algunos adolescentes burlan su autoridad, con el apoyo, dicho sea de paso, de sus adultos responsables, quienes les defienden por encima de cualquier otro cuestionamiento (os suena esta situación, ¿verdad?). También oigo a personas con las que frecuento del poco acierto de su médico cuando les diagnostica una enfermedad determinada, cuando ellos están seguros de padecer otra cosa. O también escucho con estupor a mi hermano mayor, guionista de profesión, que me cuenta cómo personas desconocidas le escriben a través de redes sociales, foros y otros medios electrónicos para criticarle (en numerosas ocasiones, con insultos y mala educación) el desarrollo de determinadas tramas o el devenir de algunos de los personajes de la serie (“El secreto de Puente Viejo”, un poco de propaganda nunca viene mal…).
Deduzco por ello, que la pérdida de autoridad y la falta de respeto hacia las decisiones que se toman, no es un mal que suframos en exclusiva los docentes. Pero nosotros sí que sufrimos en exclusividad esa acusación permanente que otros no padecen. Me refiero, por supuesto, al tema de las vacaciones. No voy a negar que soy un privilegiado por ello. Lo único que haría con ello sería espolear a la gente para que me siga acusando de vago y poco trabajador. Curiosamente, esas mismas personas también me dicen después que nos admiran por trabajar con niños y “aguantarles” todo el día, que ellos no tendrían paciencia. En fin, contradicciones que ni siquiera trato de comprender.
Por otra parte, también hay otras peculiaridades de la profesión docente que no tienen otros trabajos, y de las cuales apenas se habla. Vaya por delante, que tengo el máximo respeto hacia cualquier oficio, ya que todos ellos conllevan unas responsabilidades y una obligaciones, y cumplir con ellas ya es digno de elogio. Pero, en las siguientes líneas de esta entrada, voy a hablar de una de estas particularidades del trabajo docente que, creo, no tienen otras ocupaciones.
Cuando preparo mi equipaje para llevar conmigo a las vacaciones, el ordenador portátil es, irremediablemente, uno de los primeros utensilios que coloco. Y también realizo todas las gestiones oportunas para asegurarme de que voy a disponer de conexión a Internet en mi lugar de destino. De este modo, además de darme varios chapuzones en el mar al día; de leer el diario tranquilamente mientras tomo el sol; de disfrutar de algún que otro helado y más de una cerveza fresca… ¡también dedico algo de tiempo diario al trabajo! Mucha gente no lo sabe, y tal vez, ni siquiera lo imagina, pero los maestros también trabajamos, y mucho, en casa, incluso cuando no estamos en periodo lectivo. Precisamente, gracias a tener un ordenador con acceso a Internet, puedo estar al corriente de las últimas novedades en legislación educativa. Diariamente consulto tanto el BOE como el boletín autonómico (en mi caso, el DOCV), para estar al tanto de cualquier novedad que pueda publicarse, de forma que tenga tiempo para consultarla, leerla, analizarla, y ver sus implicaciones. Justamente este curso, tan pronto como llegué a la playa, la Conselleria de Educación de la Comunidad Valenciana publicó el currículum de Primaria para el próximo curso. Pues bien, en este tiempo de “vacaciones” ya he leído el documento, subrayado aquello que me parece fundamental y hecho un resumen de lo que quiero recordar. Además de esto, también he desarrollado un guión para la reunión general de familias de inicio de curso, y realizado una presentación multimedia para la misma, ya que, en la memoria final del ejercicio que acabamos de terminar nos propusimos replantearnos el formato de estas reuniones (ya os hablaré en otra entrada de ello, pero la intención es sorprender a los asistentes con un planteamiento diferente a lo que venimos haciendo tradicionalmente). También he revisado ya las programaciones de aula del primer trimestre de las áreas de matemáticas y lengua, por supuesto adecuándolas a la programación didáctica, de las cuales salen.
Y la cosa no acaba aquí. Tengo todavía una larga lista de tareas que quiero realizar en estas vacaciones, relacionadas, por supuesto, con mi profesión: revisaré las programaciones de aula del área de Conocimiento del Medio; pensaré y desarrollaré por escrito algún proyecto de aprendizaje para realizar con el alumnado en el curso 14-15; redactaré el comienzo de una historia para plantear una actividad de literatura colaborativa, de forma que todo el alumnado pueda avanzar en la escritura de la misma; buscar material de apoyo y audiovisual para la implantación de la unidad de acogida y evaluación inicial que ya tenemos diseñado; leer un libro sobre el “conectivismo” (paradigma educativo para el siglo XXI); y otras actividades y proyectos que me irán viniendo a la mente, seguro, durante los próximos días. Porque, a pesar de estar de vacaciones, en ningún momento puedo dejar de pensar en aquello que más me gusta, que no es otra cosa que impartir clases, compartir tiempo con mis alumnos y ayudarles a aprender.
Efectivamente, estoy de vacaciones. Pero como habéis podido ver, se trata de unas vacaciones “activas”, en las que mi actividad docente no cesa, aunque, claro está, de un modo mucho más relajado. Porque, durante este periodo de “vacación” sigue estando muy presente mi “vocación”.